18 ene 2013

Naranjú

Todo sucede con un ritmo veraniego.




Y para sosiego del vacío estival, durante esta época en que Buenos Aires se derrite y nos aleja de las tablas, acepté algo desprevenido una invitación y promedié la noche de un miércoles arriba del escenario de No seré feliz pero tengo marido. Ahí, con la Flaca Escopeta preguntándome si podía describir alguna infidelidad cometida por mi padre. Oh, My God... el año empezó algo extraño.


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